Cátedra UNESCO de
TURISMO CULTURAL

UNTREF/AAMNBA, Buenos Aires, Argentina.
Actividades

Seminario internacional de la Cátedra UNESCO de Turismo Cultural Untref-Aamnba

Los paisajes vitivinícolas de la Argentina en el contexto del Patrimonio Mundial

Pasos a seguir para una posible solicitud de Declaratoria ante la UNESCO, y otros procesos de protección.

Fundamentos

La República Argentina tiene un patrimonio cultural de paisajes vitivinícolas con casi cinco siglos de historia, que deben reconocerse, protegerse y apoyarse en su desarrollo sostenible. Se localiza principalmente en los oasis irrigados de ciertos valles del área andina, en las provincias de Salta, oeste de Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Neuquén y Río Negro. Otros enclaves menores, en Córdoba y Buenos Aires, se suman a este conjunto que, en la primera década del siglo XXI, alcanzó considerable dinamismo.

Pero el desarrollo de la vitivinicultura es mucho más que el crecimiento de las empresas vitícolas y bodegueras. La identidad cultural de nuestras regiones está indisolublemente atada al patrimonio material e inmaterial de la viña y el vino, que no es estático, sino que vive y se transforma y le otorga una dimensión social y territorial a la vitivinicultura , todavía no debidamente comprendida ni integrada en la concepción más abarcativa de paisaje cultural, que especifica una dimensión de varias y complejas problemáticas.

UNESCO categoriza a los paisajes culturales como paisajes vivos, que mantienen un rol activo en la sociedad contemporánea y están íntimamente ligados a modos de vida tradicionales que continúan evolucionando a través del tiempo.

Hasta épocas recientes, y a pesar de la inscripción del Paisaje Cultural de la Quebrada de Humahuaca en la Lista del Patrimonio Mundial (julio 2003) no existía en nuestro país experiencia en la identificación y manejo de paisajes culturales. Esta situación ha ido progresando paulatinamente gracias al proyecto del Camino Principal Andino, QhapaqÑan – ya declarado Patrimonio de la Humanidad (2014)- que comprende 6 países latinoamericanos y 7 provincias argentinas, casi en su totalidad vitivinícolas (Mendoza, San Juan, Catamarca, La Rioja, Tucumán, Salta) y ha contribuido a la gestación de equipos pluridisciplinarios y a la reflexión sobre la complejidad del manejo de los paisajes culturales.

Esta es una experiencia que deberíamos capitalizar, así como la experiencia turística en los paísajes vitivinícolas con Declaratoria de Patrimonio de la Humanidad.

La cantidad de inscripciones de paisajes culturales de la vid y el vino en el Patrimonio Mundial de la UNESCO se desarrolló en el transcurso de los últimos años. Al dia de hoy, existen catorce viñedos inscriptos en la Lista del Patrimonio Mundial. Otros diez viñedos figuran en la Lista Indicativa.

Este hecho reafirma la importancia y el interés de trabajar sobre los paisajes vitivinícolas. En la Argentina estos debates han comenzado a darse a nivel académico, pero sin que todavía se opere un acercamiento entre todos los actores que envuelve una actividad tan compleja y dinámica como la vitivinicultura, con una larga historia marcada por distintas formas de producción y en la que cada vez se han ido incorporando mas actores y sectores convirtiéndola en un potenciador de industrias culturales asociadas.

"Los paisajes vitivinícolas de la Argentina en el contexto del Patrimonio Mundial" reconoce como antecedente al Seminario Internacional "Paisajes culturales de la viña y el vino. Aportes para su difusión y desarrollo sostenible en la Argentina", iniciativa de esta Cátedra UNESCO de Turismo Cultural, en noviembre de 2014.

Fue entonces su principal objetivo alertar sobre la necesidad de proteger estos territorios valiosos, pero muy frágiles y la necesidad de encontrar un equilibrio adecuado entre el desarrollo y la protección teniendo siempre como meta la sustentabilidad.

Son muchas y crecientes las amenazas que se ciernen sobre ellos:

- Desorden y falta de planificación en los usos del suelo y avance indiscriminado de la urbanización sobre los cultivos;

- Atractivas ofertas y rendimiento económico de las tierras vitivinícolas para ser parceladas y explotadas por emprendimientos inmobiliarios;

- Desvalorización y desaparición de viticulturas patrimoniales, testimonio de los quehaceres propios del lugar;

- Desvalorización y desaparición de vinos patrimoniales;

- Pérdida de valoración social de la actividad;

- Abandono de tierras vitivinícolas y de costumbres agrícolas;

- Desaparición paulatina del viticultor.

Como Cátedra de la UNESCO, alentamos todo análisis multidisciplinario que analice las posibilidades reales de incluir paisajes vitivinícolas de la Argentina y de América latina en la Lista del Patrimonio Mundial. La presentación de dossiers de candidatura por parte de los sitios que figuran actualmente en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial da prueba de una verdadera dinámica de esta categoría particular de paisajes, impulsada por actores ubicados en distintas escalas. Si bien los Estados miembros presentan estas candidaturas, nada impide que sean promovidas por medio de un verdadero trabajo de campo y por esfuerzos territoriales multi y transdisciplinarios. Esta ampliación de los tipos de bienes inscriptos - lo que demuestra una notable evolución de la noción de patrimonio- está acompañada por nuevas exigencias. Los dossiers debe ser cada vez más detallados y necesitan de una estructura de gobernabilidad desde donde impulsarse y la elaboración de un plan de gestión, acompañado de medidas de protección y puesta en valor acordes. Estos elementos son ahora exigidos con el fin de garantizar el “Valor universal excepcional” y su integridad.

La inscripción de un bien como Patrimonio Mundial funciona, mucho más que en el pasado, como un catalizador de desarrollo local

 
Cátedra UNESCO de TURISMO CULTURAL

UNTREF/AAMNBA, Buenos Aires, Argentina | catedraunesco@turismoculturalun.org.ar