18 de abril, Día Internacional de los Monumentos y Sitios
Patrimonio resiliente ante desastres y conflictos: preparación, respuesta y recuperación.
Jornada organizada por ICOMOS Argentina, región Cuyo y la Dirección de Patrimonio Cultural y Museos del Gobierno de Mendoza.
Lic. Cristina Sonego, directora de Patrimonio y Museos de la Provincia de Mendoza;
Arq. Gabriela Santibáñez, presidenta de Icomos Argentina;
Colaboradores de ICOMOS Región Cuyo;
Público presente:
Agradezco muy especialmente la invitación cursada a nuestra Cátedra UNESCO, dedicada al estudio, formación de capacidades, documentación e investigación en el campo del turismo cultural y sus sinergias con el patrimonio, para auspiciar estas Jornadas.
Los desastres y conflictos que amenazan la integridad del patrimonio como un sistema complejo forman parte de nuestras preocupaciones e intereses académicos. Hablar de patrimonio resiliente nos enfrenta a dilemas que exigen miradas creativas, preparación y búsqueda de respuestas.
La propuesta por ICOMOS para celebrar anualmente en esta fecha el Día Internacional de Monumentos y Sitios, fue posteriormente adoptada también por la UNESCO.
Como se destaca en la convocatoria que nos reúne hoy, este año se conmemora el 60 aniversario de la Carta de Venecia de 1964, carta internacional para la conservación y restauración de monumentos y sitios, obras monumentales cargadas de un mensaje espiritual para las generaciones futuras.
Monumento viene del latin, monumentum, que no se define por su forma sino por su capacidad de recordarnos algo. Monere es advertir, recordar y mens, mente o memoria.
Muy brevemente, digamos que el concepto de patrimonio ha ido virando de una concepción monumental, de protección de ciertas obras emblemáticas, reconocidas universalmente -que fue el germen de la Convención del Patrimonio Mundial de 1972- a una mirada más inclusiva, que empezó a incorporar, a valorar, patrimonios de algún modo más modestos: el patrimonio arquitectónico inmueble; las edificaciones destacadas desde el punto de vista histórico, estético y/o de la historia del arte; el patrimonio industrial; las fábricas; los paisajes culturales, que representan la obra conjunta de la naturaleza y el hombre; y los itinerarios culturales, como por ejemplo el Camino de Santiago (1993) o el Qhapaq Ñaqn- Sistema Vial Andino (2014), primer itinerario transnacional (Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia).
La importancia del patrimonio cultural inmaterial mereció su propia Convención de Salvaguardia del PCI en 2003. Los primeros sitios de memoria vinculados a conflictos recientes y hechos trágicos de la historia de la Humanidad se remontan a Auschwitz(Polonia, 1979) y al Memorial de la Paz (Hisoshima, Japón, 1996), entre otros.
Este amplio abanico de reconocimientos confirma que el patrimonio es un sistema heterogéneo, múltiple, que incluye componentes culturales, tanto materiales como inmateriales.
El consenso para la Carta de Venecia se dio dos décadas después de la Segunda Guerra Mundial, una época que empezaba a lucir promisoria y con un horizonte de paz que hoy ha cambiado drásticamente.
Cada vez es más importante trabajar para la paz, para evitar la pérdida de vidas humanas, proteger un patrimonio amenazado por nuevas realidades, incluídos el cambio climático y las innovaciones tecnológicas, los conflictos y desastres generados por causas naturales o humanas. Por ello cada vez es más indispensable la preparación para dar respuestas. Por eso celebro y agradezco muy especialmente encuentros como éste.
Carmen María Ramos
Directora
Cátedra UNESCO de Turismo Cultural Untref-Aamnba
UNTREF/AAMNBA, Buenos Aires, Argentina | catedraunesco@turismoculturalun.org.ar